Los acordes de piano.
Sus dedos en mi nuca.
Sus mejillas rojas, sus nervios.
Las cuatro lunas.
Los remolinos, el perfume.
El adiós de medianoche.
Las cosquillas que le hago con mis manos frías en su piel cálida.
Enséñame a quedarme. Porque a compartir secretos, a recibir confianza, a ser yo, a no tener miedo, a todo eso ya me has enseñado.
Y no quiero irme.
No hay comentarios :
Publicar un comentario