Black Glitter Pointer

jueves, marzo 27

Clases de religión y hechizos de viento, joder.

A las siete y treinta y cinco minutos de la mañana me llegaba un mensaje de él diciéndome que hacía frío.
Joder.
El puto jersey de lana, de rayas blancas y negras.

Ni frío ni hostias. Menudo sol. Y menudo aire, ese sí que me hechizaba el pelo y no estabas tú para decírmelo. Otra vez en el coche, joder. Otras seis horas de mierda. 
Mis vecinos hoy parecían estar igual de callados que siempre. Dios, que he tragado una rama bajando del coche, ¿en qué estaba pensando? 

A primera religión, joder. Todos llegan tarde, ah, es que hay huelga, y bien que me podría haber quedado hoy en la cama y no verle la cara al profesor de física. 

Y menuda clase, que me he tenido aguantar las ganas de llorar.
''- ¿Alguna vez habéis llorado por alguien a escondidas? Es que hacerlo en público derribaría tu edificio interior, no puedes hacer eso''. (Oh, claro que no, no puedes, no puedes.) ''Eso pasa por un fracaso sentimental, por haber perdido una amistad, o simplemente porque ya no está la persona en la que tanto confiabas''. (Y tanto que ya no está[n]). ''Todos hemos llorado alguna vez a escondidas, no me lo vais a negar''. (No, no te lo niego) ''Sólo se llora por lo que de verdad se quiere, o se ha querido. Las lágrimas son las que le ponen precio al amor. Por ejemplo, cuando tu abuelo murió, yo podía asistir a tu entierro, incluso si ese día me pilla de bajón, podría haber llorado. Pero quien de verdad lo va a sentir, quien de verdad va a llorar, vas a ser tú, porque tú lo querías''. (¡No me digas!).

Y me he acordado de ti. Y me he acordado de él, y de la chica que siempre llevaba coleta, y de la chica que siempre decía: me da igual.

Y he salido de clase, a la cantina. Y me lo he cruzado.
Parece que lo estéis deseando, joder. Y venía mirándome ya desde lejos.
Y agacha la cabeza.
Y coge los apuntes que llevaba entre las manos, y los aprieta con más fuerza.
Y me ha dado con ellos en el hombro, y ha sonreído. 
Y me lo he encontrado otras tres veces y en todas me ha hecho lo mismo. Todos los días se repite. Ahora existo de nuevo, ahora me vuelve a mirar. ¿Y para qué ahora? Si ahora soy yo la que intenta evitarte.
Y me mira, joder. Cómo me mira, y rezo que no lo haga.

Y no quiero, y me voy. 

Y ahí termina todo, ahí terminará siempre todo.

Y ya.
Y ya.

Y me vuelvo a casa, mascando un chicle, como si nada. 

Como si ya.

Como si aún.






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