Black Glitter Pointer

sábado, febrero 22

Del 14 de febrero que cogí flores.


“Nosotros debimos estar juntos, permanecer juntos. Yo debí provocarte menos, buscarte más.
    Tú debiste quedarte. Debimos quedarnos juntos. Viajar por el mundo en mi cama, deshacer las almohadas, soñar, volar, quedarnos. Debí verte más los dientes, hacerte más reír, tomarte de la mano y nunca dejarte ir.
       Debí no haberte querido tanto, no hacerte sentir necesario, así que tal vez te hubieras quedado. Debí conocerte más antes de enamorarme, debí enamorarte más antes de quererte tanto. Debí y debiste, debimos tanto”.

jueves, febrero 6

El tiempo hiere las curas.

¿Qué ha sido de ti? Y de tus manos, guitarrista.
Hace tiempo que no te oigo levantar el vuelo, ¿ya te has cansado, pajarillo?

yo tampoco quería y mírame ahora, planeando sobre tazas de café a medio terminar, cayendo sobre las agrias aguas, hundiéndome en los posos, en los restos, en el final. ¿Qué fue de ti? Y de tus labios, gorrión. ¿Qué será de ti? Y de tus largas pestañas, pero tiempo al tiempo.
¿Qué es de ti? Y de tu frustrado viaje por el cielo, hombros enclenques.

Vuelo, vuelo, vuelo.

Tampoco quería y mírame ahora  tan cerca del vacío y tan sólo preocupada de lo que habría sido de ti.
Qué ha sido de ti, mientras clavas tu pupila en las montañas que no quieres escalar.
Qué ha sido de ti, mientras sumerges tus rodillas rojizas en la mar salada.
Qué fue de la curvatura inclinada de tu clavícula, de los inviernos personales, de las primaveras arrojadizas, de los paseos a mano armada y de tus veintidós sentidos. Qué ha sido de ti mientras respiras.

¿Sigues respirando? Porque a veces se escapa la brisa y no sé si es de entre tus labios.

sábado, febrero 1

Un guerrero.

Todas las batallas en la vida sirven para enseñarnos algo, inclusive aquellas que perdemos.
Cuando crezcas, 
ya descubrirás que defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías. Si eres buen guerrero, no te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores se repitan.

Un guerrero es siempre consciente de aquello por lo que vale la pena luchar. No entra en combates que no le interesan, y nunca pierde su tiempo en provocaciones. 

Un guerrero acepta la derrota. No la trata como algo indiferente, ni intenta convertirla en victoria. Se amarga con el dolor de la pérdida, sufre con la indiferencia y se desespera con la soledad.
Pero después de que pase todo esto, lame sus heridas y recomienza todo otra vez. Un guerrero sabe que la guerra está compuesta por muchas batallas. Y sigue adelante.