Black Glitter Pointer

miércoles, abril 16

Ébola.

Queda poco para que empiecen a redoblar los primeros tambores. 
Espero que esta Semana Santa no llueva, siempre pasa lo mismo. Recuerdo que en varias procesiones hemos tenido que llegar corriendo a la Plaza, de noche, calados hasta los huesos.

De hecho esta tarde, me ha despertado la lluvia golpeando los cristales, y se ha alargado hasta la caída de la noche. Verdaderamente, la lluvia (aunque cese) me quita las ganas de salir, por mucho que me han insistido yo me he empeñado en decir que no podía. Ahora pienso en que mis amigos mientras estén en la feria, y pasándolo bien, yo estoy escribiendo aquí. Como la mayoría de veces nos pasa.

He estado un rato hablando con cierta persona, y sí, me ha dicho que obviamente las personas cambian, pero una vez me dijeron, que no. Que las personas no cambian, que muestran cómo son con el tiempo.

La verdad, es que, tienen razón los dos. Nuestras acciones a veces cambian el comportamiento de las personas (hacia nosotros), o incluso pueden llegar a cambiarlo hacia terceros. Pero el hecho de que una persona cambie completamente, depende únicamente de los años, la experiencia, la madurez, las despedidas, las reconciliaciones, las heridas, los silencios, toda esa mierda, tú ya me entiendes, no sé.

También me dijeron que a veces las personas se alejan por tu bien, para no ''hacer más daño'', pero otra persona me dijo que no, que..''quien te quiere de verdad nunca se aleja''. De hecho cada vez que escribo esa frase, resuena en mi cabeza su voz, y es una voz que no oigo hace meses.

 Y yo, ¿cómo soy?
¿Acaso no sé cómo soy?
Sé que, nunca me conformo. Cuando ya tengo lo que quiero, quiero más. Y nunca me puedo estar quieta.
Aunque ya lo tenga todo, busco eso que me hizo ganar todo lo que he llegado a tener. 
El peligro, la duda, el deseo.
Me gusta devolver favores, me gusta ayudar a quien me ayuda. A veces si te cojo mucho cariño, al igual me da por escribirte cartas de mierda en papeles de libreta, en medio de una clase. Pero ahora tengo un destinatario vacío. Creo que no he odiado a nadie en lo que llevo de vida, siempre hay algo bueno que haría por mí, aunque no quiera encontrarme con esa persona pero me esté muriendo por verla.
Han desaparecido muchas personas. Me alegro de que algunas se hayan alejado, verdaderamente, cuanto más lejos estén, mejor. No me dio tiempo a decirles adiós..ni siquiera sabía que iban a desaparecer. 
Me gustaría decirles tantas cosas...me gustaría enseñarles tantas fotos y señalar con el dedo a ese detalle del que dio tanto que hablar, esa palabra que nos dio tanto por reír, esas canciones que bailamos en un bar en el cual ahora no nos dejan entrar, en mi cumpleaños, las gominolas con forma de pececitos, la heladería a la que íbamos cada día de verano, o los bancos desde los que se veía todo el cielo del parque lleno de estrellas cuando se hacía de noche. 
Esos pequeños lugares de siempre.
Me he dejado los dedos escribiendo ante mil pantallas, me he dejado las ganas por el camino también, he pisoteado y me han pisoteado.
Se han arrastrado por mí y me he reído.
Me he arrastrado por él/ella/ellos y se han reído.
Sé curar daño, y se me da bastante bien hacerlo.
He pensado cosas peores de alguien que piensa mal de mí, y también de alguien que piensa bien.
He llegado a estaciones cuando el tren ya se había ido, pero me esperó una vida entera. 
Sé como soy.
Sé lo que he perdido.
Sé lo que he ganado.
Lo que me he dejado por el camino.
De qué sitios me he ido.
En qué sitios no me quieren.
En quién confío, y en quién no.
A quién le escribo, y a quién le dejo de escribir.
Quién me lee, y a quién leo.
Hasta qué parte de mí mostrar cuando estoy con una persona u otra.

Y no.

No
soy
como 
o
vosotros
pensáis.



El silencio nos ha dejado tocadas..




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