Black Glitter Pointer

martes, febrero 24

Primer paso.

La indeferencia.

Todos tenemos un lienzo desnudo, cubriendo nuestro cuerpo. Al menos así lo vemos los que nos pasamos todo el día con un lápiz en la mano. El problema viene cuando no hay nadie que lo dibuje, cuando se queda en blanco. Es esa sensación de, cómo diría yo.

De atravesar toda la gente que se interpone en tu camino. Eso de no querer permanecer en la misma esquina de la puerta giratoria con un desconocido cuando vas a la oficina porque piensas: hostia, qué mal huele. Eso también.
Cuando rompes el diccionario de palabras secretas que tenías con tu compañero de mesa un día que el profesor no te dejaba hablar, irrelevante para todos menos para ti. Cuando escuchas esto mientras ves fotos de Dara, o dibujos de Albert. Cuando todas las 365 ''espinitas'' que tenías rodeando tu cuerpo, de repente explotan y se clavan, y el ardor es insufrible, que es la misma sensación que te produce mirar a los ojos a una estatua y pensar; qué eterno tiene que ser estar ahí todo el día de pie.



No hay comentarios :

Publicar un comentario