Black Glitter Pointer

miércoles, septiembre 3

En Septiembre hay que hablar del amor.

Digamos que el amor es como una subida sin ascensor por una escalera de madera antigua hacia no se sabe qué piso. Una escalera bonita pero que cruje. Una escalera bonita hasta el tercero, pesada hasta el quinto, repetitiva hasta el octavo. Digamos que el amor es subir la escalera de la mano y con ganas, pero también subirla solo mientras crujen los escalones y al llegar ni siquiera espera nada en la nevera. Digamos que el amor es subir y bajar, subir y bajar y subir y bajar una escalera. Bonita. Pero que cruje. Pero bonita. Digamos que en esta eternidad de espera del transbordo de esta vida, me ha dado por comparar una escalera de un portal que no conozco con el amor, cosa que tampoco es muy complicado, porque el amor se puede compara seguramente hasta con una tortilla de patatas. El mío, con cebolla. 

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